La distinción entre drogas duras y blandas es un argumento social, no científico
Un estudio llama la atención sobre la excesiva utilización de estos términos en la literatura científica por considerarlos vagos e imprecisos
La mayoría de los estudios analizados señala el alcohol como una droga blanda, mientras que clasifica el LSD, de baja toxicidad, como una droga dura
"El alcohol es la droga número uno, pues ocasiona más de 25.000 muertes al año y es la única que provoca la muerte por abstinencia", afirma el presidente de Sociodrogalcohol
La mayoría de los estudios analizados señala el alcohol como una droga blanda, mientras que clasifica el LSD, de baja toxicidad, como una droga dura
"El alcohol es la droga número uno, pues ocasiona más de 25.000 muertes al año y es la única que provoca la muerte por abstinencia", afirma el presidente de Sociodrogalcohol

Es habitual que
ciertas drogas como el alcohol o el tabaco se consideren popularmente
como drogas "blandas", a pesar de sus conocidos efectos perjudiciales
sobre la salud. Sin embargo, resulta más llamativo que esto también
suceda en artículos científicos, según ha revelado una reciente
investigación.
En el estudio, publicado en The American Journal of Drug and Alcohol Abuse,
se han analizado 132 artículos científicos publicados entre los años
2011 y 2015, de los que más del 93% utilizó el término "droga dura" para
referirse a diversas sustancias, mientras que un 33% empleó el término
"droga blanda". Los autores de la investigación aseguran en el artículo
que "por lo general no se proporcionaba información sobre las razones
para considerar ciertos fármacos como duros o blandos".
Según ha explicado a eldiario.es
uno de los autores del estudio, Michal Turček, de la Universidad de
Bratislava, "utilizar los términos dura o blanda al hablar de drogas en
el ámbito científico es como caminar sobre una capa de hielo muy fina".
Este investigador asegura que "no hay consenso sobre el significado de
estos términos", por lo que concluye que "debemos evitarlos, a menos que
sean adecuadamente clarificados y precisados".

Pero la realidad es que "es muy difícil establecer un criterio para
diferenciar las drogas entre duras y blandas", explica el presidente de
la Sociedad Científica Española de Estudios sobre el Alcohol, el
Alcoholismo y otras Toxicomanías ( Sociodrogalcohol),
Francisco Pascual. Según este especialista clínico, "hace más de 20
años que estos términos deberían estar desterrados de la literatura
científica, ya que es una clasificación totalmente ficticia".
Pascual asegura que la única clasificación que se puede hacer es por el
tipo de efectos y diferenciar así entre sustancias "depresoras,
estimulantes y psicodislépticas" (o que distorsionan la percepción de la
realidad), ya que los términos blanda o dura lo único que consiguen es
"disminuir la percepción de riesgo de unas sustancias que suelen ser
tóxicas y nocivas".
Turček coincide en que prefiere evitar este tipo de clasificaciones y
asegura que en su práctica clínica diaria se concentra "más en las
características específicas de cada sustancia, como la toxicidad, la
intensidad de los efectos o el potencial adictivo, entre otras".
Pascual reconoce que esta clasificación pudo tener cierta utilidad en
una época en la que el consumo de heroína se convirtió en un problema
social y de salud pública, "tanto por la enfermedades que se contraían
por la forma de consumirla como por la delincuencia que se generó", pero
recuerda que esta forma de catalogar las drogas "sirvió para excluir la
que yo considero que es la droga más problemática, el alcohol".
"El alcohol es la droga número uno"
Precisamente uno de los datos más llamativos del estudio de Turček es
que el alcohol haya sido catalogado como una droga blanda en el 95% de
los artículos que mencionaban esta sustancia. "El alcohol es la droga
número uno, pues ocasiona más de 25.000 muertes al año, cuando de
heroína no habrá más de 150", explica Pascual, quien insiste en recordar
que "el alcohol es la única droga que te provoca una muerte por
síndrome de abstinencia".
Entre los demás resultados del estudio hay algunos datos que no
resultan tan sorprendentes, como el hecho de que la droga que más veces
es catalogada como blanda es el cannabis. Sin embargo, también llama la
atención el hecho de que alucinógenos como el LSD sean mayoritariamente
catalogados como una droga dura, a pesar de que estas sustancias no se
consideran especialmente adictivas, ni tóxicas.
Respecto a la utilización de estos términos en medios de comunicación,
ambos investigadores coinciden en que deberían limitarse. Según Turček,
"los investigadores no somos jueces, por lo que no podemos decir a los
periodistas que no utilicen ciertos términos, pero creo que si los
utilizan, deberían ser claros y explicar por qué mencionan esa sustancia
como dura o blanda".
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