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jueves, 20 de julio de 2017
El hombre llegó a Australia antes de lo que se creía
Encuentran herramientas de hace 65.000 años
que revelan que los seres humanos ya estaban en la gran isla antes de la
desaparición de la fauna gigante
Una investigadora con los aborígenes encargados de custodiar el yacimiento - David Vadiveloo. Copyright Gundjeihmi Aboriginal Corporation 2015
Cuando los primeros hombres salieron de África pudieron
llegar hasta las esquinas más remotas del planeta. Un equipo
internacional de investigadores ha encontrado una serie de artefactos,
entre ellos ocres y antiquísimas hachas, en un yacimiento del norte de Australia,
que indican que los seres humanos alcanzaron las tierras de «allá
abajo», como se conoce coloquialmente a la gran isla, hace unos 65.000
años, más de 10.000 años antes de lo que se pensaba. Esta hipótesis no
solo replantea un capítulo de la diáspora más importante de la
humanidad, sino que cuestiona la teoría de que fue el hombre el
responsable de la extinción de la megafauna única del lugar, como las versiones gigantes de los canguros, los wombats o las tortugas, hace más de 45.000 años. Tres hachas de diferentes capas del sitio y una piedra de afilar rectangular del nivel de 65.000 años- Dominic O'Brien. Copyright Gundjeihmi Aboriginal Corporation 2015Las
excavaciones llevadas a cabo en el refugio rocoso de Madjedbebe han
desenterrado más de 10.000 herramientas de piedra, ocres, restos
vegetales y huesos. Entre los artefactos encontrados en los últimos años
en varias capas de asentamiento se encuentran los «crayones» ocres y
otros pigmentos, lo que se cree que son las hachas más antiguas del
mundo y evidencias de que estos primeros seres humanos sembraron
semillas y procesaron plantas. Los pigmentos indican el uso de la
pintura para la expresión simbólica y artística, mientras que las herramientas pueden haber sido utilizadas para cortar la corteza o frutos de los árboles.
Todas las actuaciones en el lugar involucraron a la comunidad aborigen local. La Corporación Aborigen Gundjeihmi, que representa al pueblo Mirarr,
revisó los hallazgos gracias a un memorándum de entendimiento y un
contrato con los científicos, que daba a la comunidad la oportunidad de
supervisar la excavación. Los aborígenes estaban interesados en saber
más sobre los primeros ocupantes humanos, particularmente tras las
amenazas ambientales planteadas por las actividades mineras cercanas de
hoy en día.
Tras recuperar los artefactos, el equipo de investigación, liderado
por la Universidad de Queensland, utilizó una moderna técnica, la luminiscescencia ópticamente estimulada (OSL),
para determinar su antigüedad. La datación por radiocarbono, que
requiere un cierto nivel de carbono en una sustancia, puede analizar
materiales orgánicos de hasta 45.000 o 50.000 años. Pero la OSL va más
allá y puede datar la última vez que un grano de arena fue expuesto a la
luz solar, lo que es útil para determinar cuándo un artefacto fue
enterrado, hasta hace 100.000 años o más.
Esa y otras técnicas de
vanguardia ayudaron a establecer el tiempo en el que vivieron los
antiguos australianos y cómo era el entorno que los rodeaba. El equipo
encontró que cuando estos antepasados humanos llegaron, el norte de
Australia era más húmedo y frío. Además, la vegetación de Madjedbebe se
mantuvo estable durante la ocupación humana, lo que sugiere que no hubo
ningún cambio ambiental importante que pudiera haber llevado a los seres
humanos a abandonar el área.
En compañía de animales gigantes
Otra
consecuencia del estudio es que hasta ahora se pensaba que fueron los
seres humanos quienes llevaron a la extinción a los grandes animales de
la zona, debido a la caza o a la alteración de sus hábitos, «pero estas
fechas confirman que la gente llegó antes y no fue la causa central de
la muerte de la megafauna», explica Ben Marwick, antropólogo de la
Universidad de Washington. «Cambia la idea de que los seres humanos
destrozaron el paisaje y mataron a la megafauna por la coexistencia, lo
cual es una visión completamente diferente de la evolución humana».
Al
situar la fecha del asentamiento australiano 65.000 años atrás, los
investigadores confirman algunas de las teorías cambiantes sobre cuándo
abandonaron África los primeros humanos. Una visión común es que los
seres humanos se trasladaron a Asia hace 80.000 años, pero si migraron a
Australia unos 15.000 años después, significa que esos antepasados coexistieron con otro humano temprano en Asia, el pequeño Homo florensiensis.
También significa que estos primeros australianos precedieron a los
primeros europeos, que se cree que entraron en ese continente hace unos
45.000 años. Lo que aún no está claro es si abandonaron África en un
momento concreto, extendiendo gradualmente a la población a través de
Asia, Europa y Australia, o si hubo múltiples oleadas de migración.
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