jueves, 12 de enero de 2012

UN PARTO NO ES UNA ENFERMEDAD


María dice:

Hola Miguel,

Vengo del blog de Lady Vaga. Es importante que empecemos a darle bombo y platillo a ciertos asuntos sobre parto y embarazo, porque las mujeres occidentales nos creemos muy liberadas y lo cierto es que ignoramos mucho sobre nuestros cuerpos. Así nos va, claro. Si un ginecólogo u obstetra cree que un bebé es lo mismo que un apéndice infectado y putrefacto, tiene una severa confusión mental.

El parto es una función más del cuerpo humano, igual que comer, respirar, defecar, orinar, sudar… ¿Por qué esa obsesión en medicalizarlo? No lo sé. Siempre se dice que antes las mujeres se morían como moscas en el parto, igual que ahora en el mundo subdesarrollado. Sí, claro. También se morían como moscas los niños, de desnutrición e infecciones. Y llegar a los 60 años era una proeza, porque la gente adulta no-embarazada también se moría de enfermedades e infecciones. Las mujeres tenían 10 hijos porque, con suerte, sobrevivían la mitad. Antes la mortalidad era alta en general: mujeres, hombres y niños se morían porque estaban mal alimentados, no había antibióticos ni vacunas, vivían hacinados y en malas condiciones, y no se conocía la higiene ni el agua corriente.

Muchas muertes en el Tercer Mundo están relacionadas con diarreas, por ejemplo. Las diarreas se producen casi siempre por consumir agua no potable. Así que beber agua es peligroso. Beber es peligroso. Todos deberíamos ir por la calle con una vía profiláctica en vena, recibiendo hidratación de una bolsa de suero, porque beber es peligroso.

Hace nada hubo un brote de E.Coli en Alemania y muchos murieron o sufrieron daños renales severos por comer vegetales crudos contaminados. Algunas personas se atragantan con la comida y mueren asfixiadas. Otras mueren por ataques de alergia a ciertos alimentos. Es decir, comer es peligroso. Por eso, mejor que nos inserten una sonda nasogástrica y recibimos alimentación artificial controlada.

Mucha gente tiene apendicitis. Hacer la digestión es peligroso, podríamos morir de una peritonitis!. Deberíamos de operarnos TODOS, para extirpar nuestros apéndices, aunque estemos sanos y sin síntomas de infección. Porque claro, así en el futuro evitamos ese riesgo.

Mucha gente se muere en accidente de tráfico. Conducir es peligroso. Así que, antes de entrar en el coche, vamos a ponernos una vía intravenosa y evitaremos comer o beber en 24 horas, por si tienen que operarnos después de un accidente de tráfico.

En los países desarrollados la principal causa de muerte son las enfermedades cardiovasculares (el 69%, según la OMS). Es decir, nuestros corazones y sistema circulatorio son ineficientes, es peligroso dejarles que vayan a su aire. Deberíamos tomar medicamentos para el colesterol como profilaxis, no vaya a ser que nos dé un infarto dentro de 10 años. Espera, todavía mejor! Vamos a hacernos todos un triple bypass por si, en el futuro, nuestro corazón fallase. Así nos aseguramos de que está en buen estado. O nos podemos poner un marcapasos preventivo, aunque estemos sanos, porque en el futuro podríamos enfermar del corazón y morirnos!

¿Absurdo, verdad? Estaríamos dañando gravemente nuestro cuerpo sin motivo. Bueno, pues con el parto lo mismo. La vida humana en realidad es muy frágil y estamos rodeados de amenazas, pero vivir con miedo es una enfermedad que se llama hipocondría. ¿Por qué la sociedad nos convierte a las mujeres en hipocondríacas cuando nos quedamos embarazadas? Es absurdo someternos a un montón de intervenciones “por si acaso”, cuando lo cierto es que nuestros cuerpos de mujer están preparados de serie para gestar, parir y amamantar un bebé. Llevamos haciéndolo miles de años, sin médicos. Y la especie humana ha sobrevivido, así que tan defectuosas no debemos estar.

Lo normal es que, si estamos sanos, nuestros pulmones funcionen, nuestro corazón funcione, nuestro sistema digestivo funcione y nuestro útero funcione. Claro, no existe un 100% de certeza! Nunca. Nuestro corazón puede fallar, puede darnos un ataque de asma, podemos tener una crisis de alergia, podemos ser atropellados, caernos y rompernos una pierna, contagiarnos de una enfermedad mortal, tener un infarto cerebral, me puedo cruzar con un asesino que me acuchilla o con un pistolero que me dispara para robarme. En esos casos de desviación de la salud, la medicina interviene. A veces nos salva la vida y recuperamos la salud. Otras veces no funciona. Pues con el embarazo y el parto, lo mismo: si estamos sanas, lo más seguro es que todo salga bien, sin necesidad de intervención médica. A veces las cosas fallan y en esos casos la medicina ayuda, pero otras veces el bebé muere o nace con defectos que no se han podido detectar ni corregir. Los médicos no son dioses. Ni superhéroes. La medicina tampoco es infalible.

Imaginemos. Un día entro en la consulta de mi médico de familia para una revisión y me dice: “No se preocupe, señora, que gracias a mí, a la ciencia médica y a los medicamentos, NUNCA MÁS se va Ud. a enfermar y le garantizo que no se va a morir”. ¿Qué otra cosa puedo pensar más que al pobre doctor le dio un delirio? Porque lo que me está diciendo no es cierto y promete cosas imposibles. Entonces… ¿por qué los ginecólogos y obstetras nos aseguran que, gracias a ellos, nuestros cuerpos podrán dar a luz y nuestros bebés serán absolutamente perfectos? A mí me parece igual de falso y pretencioso.
La vida no tiene garantías y lo único que podemos hacer es cuidarnos para mantenernos sano.


Gracias a Miguel Jara por su blog y a María por colaborar.No siempre la gente se anima.

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