miércoles, 16 de mayo de 2012

LOS ASESINOS QUE PIDEN LA PENA DE MUERTE

ASESINO

Carlos De Luna, un hombre de origen latino ejecutado en Texas en 1989, fue ajusticiado por un crimen que no cometió, según una investigación llevada a cabo por un profesor de la Columbia University de Nueva York. De Luna fue acusado en 1983 del asesinato de Wanda López, empleada en una tienda de una gasolinera. El hombre fue condenado y ejecutado con una inyección letal seis años después del juicio, aunque él siempre se declaró inocente y llegó a dar el nombre del verdadero asesino, Carlos Hernández, con quien había estado esa noche. “Si un nuevo juicio fuese posible de alguna forma hoy, el jurado absolvería a De Luna”, asegura el profesor Liebman.

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